Lobesia botrana
Es un lepidóptero de la familia Tortricidae.
Es una plaga importante en el cultivo de la vid, tanto para uva de mesa como para producción de vino.
Cómo identificarlo
- Adulto. Puede llegar a medir hasta los 10-15 mm. Tiene las alas delanteras de color blanco crema con marcas de color marrón, marrón oliva, negro y gris azulado. Las alas traseras de la hembra son de color gris parduzco oscuro, las del macho son de color gris blanquecino.
- Huevos. Los huevos tienen un tamaño de 0.7 x 0.6 mm y un color amarillento en el momento de su puesta. Más adelante su color cambia a grisáceo opalescente.
- Larvas. Las larvas neonatas miden sobre 1 mm y llegan a medir 11 mm de largo, tienen un color verde grisáceo o verde amarillento a marrón y suelen ser traslúcidas. Su cabeza es de color marrón amarillento. Las pupas miden 5-7 mm de largo y tienen un color marrón amarillento a marrón oscuro. Pasan por 5 estadios larvarios.
Biología
En España, el número de generaciones es variable, así en la parte central de la península normalmente se completan 2 generaciones, mientras que en el levante, Andalucía y Extremadura suelen ser 3.
En primavera, al aumentar la temperatura, sobre finales de abril o principios de mayo, empiezan a aparecer los adultos de forma muy escalonada. Los primeros adultos son machos, pero al final del ciclo de vuelo predominan las hembras. Los adultos tienen hábitos crepusculares. Una vez fecundadas las hembras ponen los huevos de forma aislada, sobre todo en las yemas florales, pueden poner de 50-60 huevos durante 6 días, aproximadamente una semana después los huevos emergen.
Las larvas atacan los botones florales y producen sedas entre las inflorescencias. La duración de la fase larvaria es de 20-30 días.
La pupación tiene lugar en las inflorescencias o en un lugar protegido de los alrededores. Las polillas de la siguiente generación aparecen alrededor de una semana más tarde. Las larvas de la segunda generación se alimentan de los racimos de uva en desarrollo. Su desarrollo es muy rápido si las condiciones son favorables y en la misma temporada se pueden llegar a completar 1-2 generaciones más.
La puesta de las últimas generaciones se realiza sobre las bayas, verdes o en fase de maduración. Las hembras tienen la tendencia a depositar los huevos en la parte sombreada del racimo para protegerlos de la desecación.
Las pupas hibernan en un capullo debajo de la corteza, en grietas de postes secundarios u otros refugios. Las condiciones ambientales influyen en las poblaciones y el número de generaciones de cada campaña. Las condiciones climatológicas propicias para el desarrollo de la plaga son humedades relativas entre 40 y 70 %, temperaturas cálidas en primavera y vientos y radiación moderados. El factor más limitante es el descenso de la HR por debajo del 40 %.
Daños
Las larvas de la primera generación destruye los botones florales y también provoca la muerte de las flores abiertas y de los frutos pequeños, pero provoca pocos daños, son los ataques de la segunda o tercera son los que producen los mayores daños, ya que destruyen las uvas desarrolladas o en maduración.
Los patógenos fúngicos suelen invadir el tejido dañado, pudiendo provocar aún más pérdidas. Los lugares sedosos en los que habitan las larvas y las exudaciones pegajosas de los frutos dañados contaminan los racimos de uvas.
¿Cómo monitorearla?
Para el monitoreo se utilizan trampas Delta (Cod. TD) junto con la feromona sexual de Lobesia botrana (Cod. LBFM).
Depende de la temperatura y condiciones climáticas, la aparición de las distintas generaciones puede variar en el tiempo. La fecha para el inicio de seguimiento es a inicios-mediados de abril. En parcelas inferiores a 3-4 ha instalar 2 trampas por hectárea. En fincas más grandes 1 trampa/ha.
Se recomienda poner las trampas en el centro y en los bordes, para saber si la plaga está en la finca o proviene de otras fincas colindantes. La colocación de la trampa en el árbol es a media altura y orientada con las aberturas en dirección al viento dominante.
¿Cómo combatirla?
¿Cómo combatirla?
Para el control biológico de la Lobesia botrana se usan diversas cepas de avispillas del género Trichogramma y del insecto Campoplex capitator. Estos insectos beneficiosos parasitan los huevos de L. botrana, impidiendo así su desarrollo. Para el control de esta plaga también se ha probado el uso de la bacteria Bacillus thuringiensis sobre larvas jóvenes de L. botrana. Su uso se basa en la capacidad de B. thuringiensis para sintetizar, de manera natural, una inclusión proteica que resulta tóxica a la polilla del racimo tras su ingestión, lo que provoca la muerte de la polilla.
La confusión sexual es un método de lucha que está bastante desarrollado en Lobesia botrana con buenos resultados.
Para Lobesia botrana la molécula que se impregna en los difusores es el E, Z-7,9-Dodecadienil acetato. Una vez distribuidos los difusores por la parcela a la densidad establecida, estos liberan su contenido de forma gradual, saturando de feromona el ambiente y confundiendo a los machos adultos que no pueden localizar a las hembras, impidiendo así el acoplamiento que daría lugar a la siguiente generación de polillas. Para que la técnica funcione correctamente debemos cubrir una zona con una superficie mínima, de 2 a 4 ha y lo más uniforme en cuanto a su orografía. Es importante partir de poblaciones bajas para conseguir los mejores resultados.
Se utilizarán las materias activas registradas en el registro del Ministerio (magrama).
Momento de intervención.
Los umbrales de tolerancia pueden variar entre zonas, de forma muy general se podría decir que el umbral está en tres capturas por trampa y semana o en 2 capturas por trampa en dos días consecutivos.
Tipos de tratamientos.
Es importante actuar en invierno o prefloración para atacar la fase larval invernal, además de los tratamientos que tengamos que efectuar durante la campaña, siempre siguiendo umbrales establecidos.
El seguimiento de las poblaciones a través del uso de trampas de seguimiento, aparte de las actuaciones con la confusión y/o los tratamientos con fitosanitarios, es la principal medida a realizar en el campo.
Para el control biológico de la Lobesia botrana se usan diversas cepas de avispillas del género Trichogramma y del insecto Campoplex capitator. Estos insectos beneficiosos parasitan los huevos de L. botrana, impidiendo así su desarrollo. Para el control de esta plaga también se ha probado el uso de la bacteria Bacillus thuringiensis sobre larvas jóvenes de L. botrana. Su uso se basa en la capacidad de B. thuringiensis para sintetizar, de manera natural, una inclusión proteica que resulta tóxica a la polilla del racimo tras su ingestión, lo que provoca la muerte de la polilla.
La confusión sexual es un método de lucha que está bastante desarrollado en Lobesia botrana con buenos resultados.
Para Lobesia botrana la molécula que se impregna en los difusores es el E, Z-7,9-Dodecadienil acetato. Una vez distribuidos los difusores por la parcela a la densidad establecida, estos liberan su contenido de forma gradual, saturando de feromona el ambiente y confundiendo a los machos adultos que no pueden localizar a las hembras, impidiendo así el acoplamiento que daría lugar a la siguiente generación de polillas. Para que la técnica funcione correctamente debemos cubrir una zona con una superficie mínima, de 2 a 4 ha y lo más uniforme en cuanto a su orografía. Es importante partir de poblaciones bajas para conseguir los mejores resultados.
Se utilizarán materias activas registradas en el registro del Ministerio (magrama).
Momento de intervención.
Normalmente, solo actuaremos químicamente en la segunda y tercera generación, aunque a veces puede ser necesario controlar la primera generación.
Los umbrales de tratamiento variarán en función de si se trata de uva de mesa, menos tolerancia, si tenemos confusión sexual y de otros factores, lo cual hace difícil establecer un umbral de tratamiento sin la supervisión de un técnico especializado. A través del seguimiento de los vuelos y la observación en campo se determinará el momento óptimo.
En las fases de huevo y larva, que se encuentran localizadas en los racimos, el método de seguimiento consiste en la observación visual directa de los racimos, con un doble objetivo:
- Cuantitativo: estimar la densidad poblacional para determinar si es necesario intervenir con un tratamiento. Si la efectuamos unas dos semanas después de la aplicación, nos informará sobre la eficacia de la misma.
- Cualitativo: estimar el estado (huevo recién puesto, huevo con cabeza negra, inicio de eclosión, etc.) con el fin de determinar el momento más oportuno para intervenir en función del tipo de plaguicida a utilizar.
Tipos de tratamientos.
Se deben realizar tratamientos totales en los momentos oportunos, ver apartado momento de intervención.
El seguimiento de las poblaciones a través del uso de trampas de seguimiento, aparte de las actuaciones con la confusión y/o los tratamientos con fitosanitarios, es la principal medida a realizar en el campo.